sábado, 20 de julio de 2013

HACE 10 AÑOS DINHO MARCO UN RUMBO PARA EL BARCELONA

Hace 10 años, Ronaldinho llegaba a Barcelona en un mal momento del club. Su estilo y sus gambetas marcarían para siempre la historia del club catalán.

Barcelona siempre se caracterizó por ser un club ordenado, en el que la disciplina representó históricamente uno de los pilares sobre los cuales se edificó la institución. No obstante, hay situaciones en las que una estructura funcional no alcanza para llegar a la cima y es menester dar un golpe al timón para buscar una solución en otra dirección.

Eso fue lo que hizo Joan Laporta y toda su dirigencia con la contratación de un jugador que venía de ser campeón del Mundo a los 22 años con la selección brasileña. En Madrid, el brillo del vestuario encandilaba y la llegada de David Beckham le había dado el toque final que faltaba para convertir a ese plantel en una constelación de estrellas. Mientras tanto, a Barcelona llegaba Ronaldinho, que lejos de los trajes de alta costura, traía consigo un bagaje de malabares y sonrisas de los que jamás había sido testigo el Camp Nou.

Algunos pensaron que aquel brasileño de la mueca imborrable en Barcelona era desubicado como un payaso en un velorio, pero precisamente al plantel Blaugrana le faltaba una gran dosis de un condimento del que Dinho proveedor: alegría. La apuesta era fuerte: 42 millones de dólares desembolsó la directiva, pero durante su estadía allí, el malabarista de Porto Alegre maravillaría tanto como las obras de Gaudí.

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